5.2.08

Buenas noches

Buenas noches, hoy estoy otra vez de vuelta a santiago (y hoy de vuelta al blog, no como hoy de volveré, si no que hoy dia y solo por hoy y quizás mas adelante agrege algo más you understand me?

Bueno este post es solamente pa' hacerlos perder más tiempo y les cueste más encontrar el tema de la pelolaiz del rigoberto pirsen casanga ,y retomar de manera moderada esto.

Y hacer una modificacion a la seccion de links/amigos mal llamada "Yo Recomiendo..." tengo una idea, no tengo idea si se vá a ver bien y no me importa mucho total, es el gusto mio y nadie más me vá a comentar reclamando.


Si quizieras estar en esta famosa lista, o tambien si por algún motivo no te quieres ver vinculada/o conmigo y no quieres estar solo dilo.


Chaolin ;)


"Su comentario es mi inspiración."

y

"Quiero ganar plata con el blog sin hacer mucho, Usted, Sí, usted haga click en la publicidad de Google XD"

1 comentario:

Anónimo dijo...

mirada
Y por primera vez la miró, después de doce tormentosos años de matrimonio, después de compartir múltiples noches en el lecho.
La miró sin sentimiento alguno, sin razón aparente.
Por primera vez observó la piel marchita de aquella mujer a la que habría contado más de algún secreto.
Recordó la primera vez que advirtió su presencia a la salida de la mina, cargaba frutas, harina y un par de tristezas, él su picota y la pala. Se miraron sin verse y supieron que estarían juntos, por necesidad, por hastío, por costumbre o qué se yo.
Unieron su carne, su razón, su carro de tren tardío. Y coexistieron, durante miles de abriles en aquel universo de caricias vacías. Ella, sufriendo la impaciencia de un vientre sin alma, él, años de quiméricos intentos, el retoño codiciado no llegaba.
Ahora la miraba, y se preguntaba si se podía vivir toda una vida sin mirar, miraba sus manos de otoño, manos de lavaderos, manos de Venus de Milo, manos que manosearon esperanzas.
Sabía que sería la última vez que la vería, e inconcientemente aprovechaba aquel instante. Mañana retomaba las labores en la mina y su existencia seguiría, con aquella pala en aquel foso que le iba quitando sus pulmones cada día, sin quererlo su vida se había transformado en una mina, lúgubre, fosca, pestilente a veces.
Abandonó aquellos pensamientos y volvió a mirarla y recordó aquella última conversación.
Quiero irme de tu casa, de tu lado, de tu soledad - dijo con obstinación, mirándolo fijamente.
El se estremeció, quería hablar. Pero vomitó palabras sin sentido.
Nunca había considerado la vida sin ella a su lado.
Ella hizo las maletas, estaba harta, no lo odiaba a él, se odiaba a sí misma, por no permitirse ser feliz.
Él no la odiaba, pero comenzó a oler el resentimiento.
Comenzó como una discusión cualquiera, y terminó con sabor a sangre. Ella con un grito sordo, apagó su voz.
Y ahora estaba allí, en el mismo lecho que los sostuvo en sus existencias vacías, tendida, aún tibia. Siempre había querido que su marido la mirara, su deseo se cumplía, ahora era observada por primera vez